El dependiente (1967)
Oscura y bella como la soledad de él.
Ay Gracielita, ser vos en la piel tan joven y perturbadoramente sensual de ella,
que creía escapar de su infierno y encontró otro peor.
Ser vos, además, para sentirme en los ojos de Leonardo y Leopoldo,
mis amores de celuloide.
Vidas sórdidas,
actuaciones anormes,
miradas,
desamor,
angustia,
en ese pueblo tan quieto,
inerte, como ellos.
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