viernes, 7 de octubre de 2011

Judith Colell y Jordi Cadena

Elisa K (2010)

Elisa baila un vals,
da vueltas con su vestido blanco y azul,
no se imagina que en breve dejará de usarlo.
Elisa cuenta que alguien le prometió una pulsera,
a cambio de callar sin llorar.
Elisa estalla en colores.
Ruge en su garganta el rechinar de la hamaca.
Ella sola, en el baño, sólo la cámara la atrapa en mudo encuadre.
Yo, la niña poética, la miro e imagino como haría para mostrar ese dolor.
Mis ojos sobre Aína, tan frágil, tan fresca, tan violentada de repente con catorce años de atraso, y a pesar del tiempo pasado, se instala en el presente aquel antiguo dolor.
Porque no es pasado, porque parece un sueño que en realidad pasó.
Porque son tan bellos los planos que me permiten,
en medio de tanta violencia, trascender lo peor.