jueves, 30 de junio de 2011

José A. Ferreyra

Besos brujos (1937)

Pedirte que me dejes sin besarme.
Por favor, no te acerques.
Sufrir por tu culpa pero, ahh, en los ojos del Negro Ferryera.
En primer plano la pena me tortura,
tus manos me lastiman,
a mi, que estoy sola, niña poética de libertad marcada.
Floren, déjame vivir, libre, déjame seguir.
No vez que no hay amor, sólo tanta vegetación como soledad.
¡Besos brujos!
Que tus labios desesperados enloquezcan así, en este melodrama tanguero.
Lo trágico en puro blanco y negro, color del fatal amor.
¡Besos brujos!
No los quiero, no los quieras.
Mi belleza y mi voz me condenan a esta dura maldición.

miércoles, 29 de junio de 2011

Mario Soffici

Prisioneros de la tierra (1939)

La favorita de mis favoritas.
Porque Elisa Galvé fue elegida de un concurso de nuevas estrellas,
al que, como niña poética que soy, me hubiera querido presentar. El concurso del programa “Diario del cine” que organizaba Chas de Cruz.
Porque el argumento está basado tres cuentos de Horacio Quiroga:
Una bofetada, un peón y Los destiladores de naranjas.
Porque José Gola (con que ganas te hubiera besado), había aceptado maravillado.
Porque la contrafigura era el camarada Francisco Petrone.
Porque a fines del 30 ostenta una excelencia en el abordaje de lo trágico, lo mítico y la denuncia social.
Y por qué no:
Porque José Gola, ay amor mío, se viene a morir apenas empezado el rodaje,
¡y tan tontamente!
Porque reemplazaron lo irreemplazable con el peor reemplazo.
¿Ángel Magaña??? No, no, no.
Con esa estampa de perejil en aceite, habiendo tantos otros,
tanto hombre, chongo, tipo, macho.
¿Justo a Angelito me lo vienen a poner?

lunes, 13 de junio de 2011

José Luis García

Cándido López, Los campos de batalla (2005)

Pareciera que por sobre todo el foco es Cándido.
Pareciera.
Y de repente, estamos ahí, transitando aquel campo de batalla,
que todavía es hoy, porque allí está nuestro presente,
en Argentina, Paraguay y Brasil.
Persisten aún los resabios de la injusta triple alianza.
La traición del sur al sur, el salvajismo contra el que no pudo la increíble asociación (¡burguesía rural y clases populares unidas!).
Todavía hoy añoramos lo que pudo ser, lo que fue y murió, lo que no somos. (¡independencia económica!).
La niña piensa en todas esas mujeres, solas, que pudo ver en aquel viaje relámpago a Paraguay, pero que alcanzó para percibir la miseria, el abandono y otra vez, tantas mujeres solas, tantas que volvió a recordar la historia de la guerra,
la que realmente fue,
y el país que dejó de ser.

miércoles, 1 de junio de 2011

Fritz Lang

M, el vampiro negro (1931)

Peter Lorre te eriza la piel.
A pesar de que él también termine siendo observado, perseguido.
Maldita policía y hampa amenazado.
Y encima ese silbido que te perturba.
Los planos detalle que instalan la niñez asesinada,
y otra vez ese silbido, y otra vez, cada vez más cerca.
Finalmente, del miedo a la piedad, una construcción de personaje magistral,
lastima ver como se va acercando el linchamiento.
Exactamente la tensión que se despliega es la justa medida en que tolero que
en la pantalla me provoque una increíble empatía un asesino de niños.
Brillante tu vampiro, Fritz.