lunes, 3 de marzo de 2014

Hugo del Carril

Amorina (1961)

Loca, perdida, sorda, ciega.
Lejos de la crítica entendida, de la mirada intelectual.
Que me importa el argumento y la floja adaptación!
Sin pensar, sólo sentir,
como sólo es posible frente a tales ojos... los de tu marido,
el que te desprecia, el que a todas pretende pero sin incomodarse.
Pero vos con esa voz.
No puedo más que pensarme en tu piel y aunque sola y abandonada
nunca, pero nunca, perdiste gracia, elegancia y distinción.
Gracia de mujer fuerte,
elegancia en la originalidad,
y distinción en la presencia que ostenta tu caminar.
tan Tita y tan Amorina, tan blanca y negra en el alma,
tan sedienta de escapar.

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