viernes, 22 de abril de 2011

Tomás Gutiérrez Alea

La muerte de un burócrata (1966)

Con estas palabras comienza:

"La película está dedicada a Luis Buñuel, Oliver Hardy, Stan Laurel, Ingmar Bergman, Harold Lloyd, Akira Kurosawa, Elia Kazan, Buster Keaton, Jean Vigo, Orson Welles, Juan Carlos Tabio, Marilyn Monroe y todos aquellos que, de una u otra manera, han tomado parte en la industria del cine desde los días de Lumiere".
Y después de tamaña dedicatoria, qué decir...
Brillante, como el sol que hoy se esconde.
Ácida y crítica.
Diálogos desopilantemente absurdos y reales.
Si hubiera sido aquella tía, la mujer,
sumida en la cruel desesperación de despedir a mi amado militante,
compañero que oh! se te ocurre morir,
y cuyos compañeros que Oh! se les ocurre enterrarte con tan preciado documento...
En tan fina pintura,
con tan delicada puesta,
que más se puede hacer que disfrutar y volver a mirar una y otra vez.

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